jueves, 7 de abril de 2011

Sandro Boticelli

Virgen con el niño y un ángel.
Tras pasar cinco años en el taller de Filippo Lippi, Botticelli inicia su carrera artística con un buen número de Madonnas, muy demandadas por la clientela florentina. En ellas se aprecia una clara dependencia de su maestro tanto en la composición como en el tratamiento de los ropajes o la delicadeza de los contornos. Sin embargo, Sandro incorpora algunos elementos que le alejan de la órbita de Lippi. En esta obra destaca la representación casi de cuerpo entero de los personajes y el gesto de cariño de María hacia el Niño. Las figuras se sitúan bajo una guirnalda y ante una pared fingida, ocupando la mayor superficie de la tabla; sus rostros continúan con un importante grado de idealización así como sus ropas están perfectamente detalladas. Sin embargo, se pierde ligeramente el vivo colorido de algunas Madonnas de estos años, como se aprecia en la Virgen con Niño y un ángel de Florencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario